Foto
Tobias bjørkli
En el
anterior post comentábamos que si no es posible separarnos del uno, la única opción que le quedaba al pensamiento de separación era imaginarlo y concederle realidad a esa idea de tal manera que pareciera realmente haber ocurrido, tal y como ocurre en los sueños.
Hoy abordaremos este concepto, y para ello tomaré como referencia los planteamientos incluidos en uno de los libros que creo explica el origen de la
"ilusión de la separación" de manera adecuada, al menos a mi entender. El libro en cuestión se llama
"La desaparición del universo" de Gary Renard, en mi caso antes de la lectura de este libro mi curiosidad me hizo leer libros de
Vedanta Advaita,
escrituras védicas como las de
Kapila y decenas de libros de no dualidad, libros que si bien alentaron mi búsqueda de más información tomaron su máximo sentido en la simplicidad de la explicación de los conceptos que se incluyen en este libro. Esta semana trataré de hacer en la página web una sección con
links a los libros de
no dualidad que de resonar en tí este concepto creo te gustará leerlos.
En "
La desaparición del Universo" como origen de este universo se nos detalla que todo brotó de un pensamiento del hijo de Dios que es y será siempre uno con su padre. Ese pensamiento fue fruto de la idea de que pasaría si yo
fuese por mi cuenta dejando a un lado a mi creador con el que soy uno y experimentara por cuenta ajena mi ser. Esa idea que duró sólo un
ínfimo instante en la eternidad no pudo concedérsela Dios pues creó a su hijo para siempre como uno con el en la eternidad de su amor y su inquebrantable unicidad. En el hijo pese al poco tiempo tomar consciencia inmediatamente de la "
alocada, absurda e imposible idea" de separar lo inseparable surgió la
curiosidad y por tanto intención de intentarlo. Al ser consciente el hijo de que su padre no podía concederle lo que le pedía sólo pudo imaginarlo, pero dió tal grado de
realidad a esa ilusión que para el mismo se convirtió en lo que pronto creería íntegramente como su realidad y pensó realmente haberse separado de Dios.
Desde esa nueva posición imaginaria que no pudo ser consentida en la única realidad existente, al poco tiempo surgió un
sentimiento de culpabilidad al creer firmemente que había logrado sus intenciones. Lo que invadió a ese "virtual yo separado" fue un sentimiento de culpabilidad inmenso, la razón era el creer haber nada más y nada menos que haber arrebatado a su creador parte de su ser y
negar su unicidad con el. La culpabilidad un concepto inexistente anteriormente hizo presencia en el y hasta tal punto que se hizo intolerable de sostener. La única solución que encontró para poder tolerar esa carga fue situar esa
culpa fuera de el, es decir proyectarla exteriormente. Para protegerse también de una ilusoria ira que caería de su padre sobre el por lo que había hecho se le ocurrió la idea de
esconderse con la intención de que jamás lo encontrara y castigara. Ese instante fue el
origen del ilusorio universo de separación en el que creemos estar y en el realmente jamás hemos estado.
De todo lo que rápidamente hemos descrito en el post de hoy hemos de tener bien presente y aquí la clave de todo, es que
Dios, nuestro padre no permitió la dualidad por que nos creó con la idea de ser uno con el para siempre amparados en su amor y unicidad absoluta. Lo que si se nos permitió al no podernos conceder nuestra petición es imaginarlo, y aún así como más adelante veremos nos dío las herramientas necesarias para
despertar inmediatamente y
ser conscientes de nuestra inocencia puesto que realmente no sucedió nada y que somos uno y seremos siempre uno con el. No hay ninguna diferencia entre Dios y nosotros, la única que podría haber es que el nos creó pero somos lo mismo que el.
Bueno... a veces me cuesta empezar un post pero luego me pongo y no paro madre mía, perdón que de eso hablaremos pronto también ^^. En breve seguimos con más y voy preparando la sección de libros que comentaba.
Hasta pronto y gracias por acompañarme!